top of page

Si nos volvemos a Dios, Él nos escucha

  • Foto del escritor: Luis Javier Arreguin
    Luis Javier Arreguin
  • 12 jun 2020
  • 1 Min. de lectura

Probablemente usted es de la infinidad de personas que consideran que nadie oye sus oraciones, que Dios está terriblemente ocupado para atender su clamor o que, sencillamente, no sabe orar. Aquí es bueno recordar que el pecado y nuestro distanciamiento del Señor, levantan una barrera enorme a nuestras oraciones. Es necesario eliminar toda brecha.


Cuando el pueblo de Israel se lamentó por la calamitosa situación que atravesaban, Dios les dejó claro que era necesario dar pasos concretos de conversión de sus malos caminos para entrar en la dimensión en la que lo imposible se hace posible: “Puede ser que a veces yo cierre los cielos para que no llueva o mande langostas para que devoren las cosechas o envíe plagas entre ustedes;  pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.  Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en este lugar. ” (2 Crónicas 7:13-15. NTV)


Las circunstancias difíciles vendrán, es más, son inevitables. Sin embargo, si en medio de ese desierto estamos clamando al Señor y pareciera que nada ocurre, es tiempo de revisar si hay pecado oculto en nuestra vida o si estamos buscándole solamente por el milagro. Cuando hay sincera disposición de búsqueda, nuestro Padre dice que cambiará las circunstancias, en respuesta a nuestro clamor.


Arrepentirse, apartarse del pecado y volver la mirada a Dios, tres elementos claves que debemos no solamente aprender sino aplicar a nuestra vida diaria. ¡Los milagros ocurrirán!



 
 
 

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Publicar: Blog2_Post
bottom of page